Noticias

Compartir en :

Las universidades católicas y sus raíces teológicas: seguir pensando en la identidad y la misión para el futuro

03 Noviembre 2025 Asociación
Publicado por François MABILLE
Visto 75 veces

La reflexión propuesta llega en un momento crucial, al comienzo de un nuevo pontificado, tras la reciente Asamblea General de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC) y antes de varios acontecimientos académicos y eclesiales de gran importancia.nal de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC) y en vísperas de varios importantes acontecimientos académicos y eclesiales.

 

 

Por una parte, sigue a la 28ᵉ Asamblea General de la FIUC, celebrada del 28 de julio al 1ᵉʳ de agosto de 2025 en Guadalajara (Universidad del Valle de Atemajac, UNIVA, México), que marcó la conclusión de las celebraciones del centenario de la Federación. Guadalajara (Universidad del Valle de Atemajac, UNIVA, México), que marcó la conclusión de las celebraciones del centenario de la Federación. Durante la Asamblea, el P. Francisco Ramírez Yáñez fue elegido Presidente de la FIUC por 3 años y el Papa León XIV envió un fuerte mensaje a las universidades católicas: Están llamadas a ser "caminos del espíritu hacia Dios", a resistir a los "cantos de sirena" de la cultura contemporánea y a mantener como brújula la sabiduría de Cristo.

 

 

 

Por otra parte, esta reflexión mira hacia un horizonte de encuentros:

 

 

  • la 15ᵉ edición de los Encuentros de Teología Sistemática de Lovaina (LEST-XV), que se celebro en la KU Leuven del 22 al 25 de octubre de 2025, sobre el tema Catolicidad, teología y universidad: conjeturas en un mundo complejo;
  • el Congreso ODUCAL-UCSC, organizado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Chile) a principios de octubre de 2025, sobre el tema "Ex Corde Ecclesiae, 35 años: Identidad, Misión y Esperanza";
  • y, en un contexto eclesial más amplio, el Jubileo del Mundo de la Educación (27 de octubre - 1ᵉʳ de noviembre de 2025), organizado en Roma por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, que ha reunido a profesores, estudiantes y líderes académicos de todo el mundo. Este encuentro ha incluido un Villaggio Educativo Globale «Constelaciones de redes educativas» (31 de octubre, Via della Conciliazione) en el que las universidades católicas han  presentado sus proyectos de investigación y sus iniciativas pedagógicas antes de un encuentro solemne en la Plaza de San Pedro el 1ᵉʳ de noviembre con el Papa. La Pontificia Università della Santa Croce, en colaboración con la FIUC, organizó un gran simposio titulado "Finalidad de la Universidad: inspirar el gobierno, la cultura y las personas de la organización" como parte del Jubileo.

 

 

Estos hitos quedan aún más iluminados por el discurso que el Papa León XIV pronunció el 20 de mayo de 2025, con motivo del 10ᵉ aniversario de Laudato Si', a los rectores y responsables de las universidades católicas reunidos en Río de Janeiro. En este discurso, invitó a las universidades a ser "constructoras de puentes" a favor de la justicia social y ecológica, a contribuir mediante la investigación y el discernimiento sinodal a los preparativos de la COP30, y a explorar propuestas innovadoras como la condonación de las deudas públicas y ecológicas. La Carta Apostólica "Disennar nuevos mapas de esperanza", publicada por el Papa el 28 de octubre, es un elemento clave de estos esfuerzos.

 

Estos cuatro hitos -la Asamblea General de la FIUC en México y las conferencias de Lovaina y Concepción, el Jubileo de la Educación y el Coloquio Santa Croce- ofrecen un marco propicio para reflexión sobre algunos aspectos del futuro de las universidades católicas, que hoy se encuentran en una encrucijada entre sus raíces eclesiales y los cambios globales de la Iglesia y del catolicismo. Las universidades católicas no pueden ignorar ni la crisis de credibilidad de las instituciones eclesiales ni la remodelación geopolítica del catolicismo, y sin duda están llamadas a repensar su misión como espacio de mediación intelectual y discernimiento público en un mundo fragmentado.En un catolicismo global desgarrado por tensiones culturales y políticas, la universidad católica puede convertirse en un lugar crítico para regular las diferencias y articular identidady apertura.De este modo, constituyen un laboratorio eclesial y académico, donde se juega la credibilidad intelectual y moral del catolicismo en un mundo en crisis.

 

Es, por tanto, un momento crucial para reexaminar no sólo su identidad histórica, sino también la forma en que su herencia teológica puede ser reinterpretada e integrada en una misión renovada, capaz de responder a los retos contemporáneos de la educación superior y de la sociedad.interpretado e integrado en una misión renovada, capaz de responder a los desafíos contemporáneos de la enseñanza superior y de la sociedad.

 

I. La teología como disciplina fundadora de las universidades católicas

 

Desde sus orígenes medievales, las universidades católicas se estructuraron en torno a la teología, considerada la "reina de las ciencias". Daba coherencia al saber, vinculando la búsqueda humana de la verdad a la Revelación cristiana. En el contexto conciliar, la Gravissimum Educationis (1965) subrayó este papel al afirmar que la educación católica debe integrar fe y razón.

 

Juan Pablo II reafirmó esta herencia en Ex Corde Ecclesiae (1990), afirmando: "Una universidad católica se distingue por su libre búsqueda de toda la verdad sobre la naturaleza, el hombre y Dios" (§4). Más recientemente, el Papa Francisco insistió en Veritatis Gaudium (2018) en que la teología no debe permanecer autorreferencial, sino que debe servir a "una cultura del diálogo y del encuentro" (§3).

 

La teología no es, pues, una reliquia del pasado, sino un recurso vivo que permite a las universidades católicas articular sentido, ética y dirección en un panorama académico marcado por la fragmentación y la especialización técnica.

 

II. Desafíos contemporáneos: pluralismo, secularización y comercialización

 

Entre los retos contemporáneos a los que se enfrentan hoy las universidades católicas hay tres dinámicas convergentes que están redefiniendo su relación con la teología:

La cuestión del pluralismo. En la actualidad, los estudiantes y profesores proceden de diversas tradiciones religiosas y visiones del mundo. Por lo tanto, el discurso teológico debe ser dialógico e inclusivo. El Papa Francisco ha subrayado que "la cultura del diálogo debe ser la base de toda educación" (Discurso a los educadores católicos en Estados Unidos, 2015).

 

Procesos de secularización. En muchos contextos académicos, la teología se considera anticuada. Sin embargo, la Gaudium et Spes (1965) afirma que su tarea es iluminar "el sentido de la actividad humana" (§34). Al abordar cuestiones éticas, existenciales y sociales, la teología demuestra su pertinencia duradera.

 

Por último, la aparición en las dos o tres últimas décadas de una mercantilización de la enseñanza superior. Las clasificaciones y la financiación dan prioridad a los resultados mensurables y a la empleabilidad, relegando las humanidades y la teología a un segundo plano. El Papa Francisco advirtió contra el "paradigma tecnocrático" que reduce la educación a la utilidad (Laudato Si', 2015, §111). La teología, en cambio, enraíza la educación en la dignidad humana, el sentido y la responsabilidad.

 

III. Renovar el vínculo entre teología y vida universitaria

 

La cuestión, por tanto, no es si la teología debe preservarse, sino cómo puede reinventarse su presencia. Entre las orientaciones que han surgido, podemos destacar aspectos que ya han sido explorados en profundidad en el seno de la FIUC:

 

Diálogo interdisciplinar: Veritatis Gaudium llama a la teología a un "amplio diálogo con todos los hombres y mujeres de ciencia" (§5). Al entrar en diálogo con la medicina, el derecho, la economía, las ciencias digitales y la ecología, la teología se convierte en un socio indispensable para hacer frente a los desafíos mundiales. Esta práctica está profundamente arraigada en la Federación, ya sea en el seno de su Consejo Científico o en eventos como los Foros de las Nuevas Fronteras, decididamente multidisciplinares y centrados en los retos del futuro (universidades católicas y salud, universidades católicas e inteligencia artificial).

 

Formar las conciencias y la ciudadanía. Las universidades católicas forman ciudadanos responsables y líderes éticos. Como nos recuerda Ex Corde Ecclesiae (§32), sirven a la Iglesia y a la sociedad cultivando la conciencia moral y la libertad. La teología proporciona los recursos fundamentales para esta misión. La FIUC ha trabajado en ello insistiendo en la Responsabilidad Social de las universidades (tema de su Asamblea General de 2018), proponiendo su referencial Newman, que integra la valoración de las identidades católicas en la enseñanza de la teología.La FIUC ha trabajado en ello insistiendo en la Responsabilidad Social de las universidades (tema de su Asamblea General de 2018), proponiendo su referencial Newman, que integra la evaluación de las identidades católicas, y destacando la noción de "campus integral" en el contexto de la misión de las universidades.

 

Vinculado a estos aspectos, la universidad prepara a los estudiantes para un compromiso global. El Papa Francisco habla de una "globalización de la esperanza" (Discurso a los rectores de las universidades católicas, 2017). La teología, presente en el seno de la FIUC, en particular a través de su red de investigadores más antigua, el COCTI, puede convertirse en un laboratorio intelectual para reflexionar sobre las migraciones, la crisis ecológica, el diálogo interreligioso y la construcción de la paz.

 

IV. Hacia una misión de futuro

 

Por tanto, las universidades católicas no están llamadas a restaurar una hipotética síntesis medieval de forma patrimonial y nostálgica, sino a reinventar el papel de la teología en la sociedad contemporánea. El Papa Francisco ha exhortado a los teólogos a desarrollar "una teología abierta", capaz de dialogar con creyentes y no creyentes (Discurso a la Facultad de Teología, Nápoles, 2019). Desde esta perspectiva, la teología no debe aislarse como un enclave o reducirse a un ornamento simbólico. Debe ser una disciplina viva, integrada en la misión de las universidades, que contribuya al desarrollo humano integral, al diálogo intercultural y a la búsqueda de la justicia y la paz.

 

Conclusión

 

El patrimonio teológico de las universidades católicas no es un obstáculo, sino un recurso indudable. La tarea consiste en reapropiárselo, reinterpretarlo e integrarlo en una misión renovada. De este modo, podrán cumplir su vocación como lugares donde la fe y la razón se encuentran para arrojar luz sobre las cuestiones acuciantes de la humanidad. Como nos ha recordado el Papa Francisco: "La universidad está llamada a ser un taller de esperanza para el futuro" (Discurso a la Federación Internacional de Universidades Católicas, 2014).

Dr. François Mabille,
Secretario General.




Me gusta

Sin comentarios

Debes iniciar sesión para dejar un comentario. Conéctate.